Palabra de Vida y Esperanza #33
Muchos reflexionamos en las bendiciones que Dios ha derramado sobre nosotros durante el año, mientras que otros simplemente tomarán por alto todo lo que Él ha hecho. Este ha sido el problema desde el comienzo, el hombre ha tomado por alto lo que Dios ha hecho, no le ha dado importancia a las bendiciones que Dios ha derramado.
Si reflexionamos de este año que está por terminar encontraremos que no le hemos dado el lugar debido a Dios, no le hemos dado el primer lugar. Es hora de hacer inventario por las cosas que hemos dejado de hacer o las que hemos hecho que no debimos haber hecho.
Lo más lindo de un final es que viene un nuevo comienzo. Josué 1:1-7 Dios escogió a Moisés para liberarlos de la esclavitud de Egipto y guiarlos a la tierra prometida. El espíritu de ellos comenzó a cambiar cuando vieron que delante de ellos había un camino difícil y se rebelaron.
Ellos meditaron más en su pasado que en lo que estaba por venir. Volvámonos a Egipto. Números 14:4 A ese pueblo que había dejado de confiar Josué le habló fuertemente. Murió Moisés, Dios encargó a Josué para ser el líder. Un día nuevo trae un nuevo comienzo.
Mi siervo Moisés ha muerto, ahora pues, levántate y pasa este Jordán. En otras palabras Dios le estaba diciendo es hora de concentrarte en el futuro, no mires hacia atrás. Hoy como congregación y ministerio, existen muchas cosas que tenemos que hacer y muchas cosas que tenemos que dejar en el pasado. Con cada día nuevo existe un nuevo comienzo.
Tenemos que reconocer que el desánimo, la depresión, la lástima propia, la impaciencia, los deseos de la carne y todo lo que nos aparte de la voluntad de Dios no son nada más que ataques del enemigo quien quiere que no recibamos las bendiciones de Dios en nuestra vida.
Tenemos que ser tal como Josué, estar listos para entrar a la tierra prometida, levantarnos y atravesar ese Jordán que nos separa de la tierra que Dios ha escogido para nosotros. Abraham esperó con paciencia pero alcanzó la promesa. El viene a cambiar las circunstancias, el Espíritu del Señor. Ya no más maldición sino en bendición. “Si sois de Cristo, linaje de Abraham sois y herederos de una promesa”.
Te bendeciré con abundancia y te multiplicaré. La muerte, el estancamiento y la desolación terminan en ti. El poder de la multiplicación te lleva fuera de la miseria y la escasez. La unción de la multiplicación te saca de la escasez y te proyecta a una nueva dimensión. La transformación que viene por medio de la unción del Espíritu Santo destruye el ocultismo y la incredulidad. El ocultismo es precisamente lo que oculta. Al escuchar la palabra ocultismo muchos piensan en hechicería. Sin embargo, el ocultismo no es lo oculto sino aquello que te oculta las oportunidades y posibilidades que tienes delante de ti.
Te bendeciré con abundancia y te multiplicaré. Dios queriendo mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa, la inmutabilidad. Dios quería mostrar a los herederos de la promesa que no va a cambiar. En los momentos difíciles ¿Dónde está Dios? ¿Qué voy a hacer para que ellos entiendan?
Les prometo que los voy a bendecir y los voy a multiplicar. Tienes la promesa. Dios lo prometió. Mi padre me lo prometió. El es inmutable. Para mostrar la inmutabilidad nos hizo una promesa y un juramento. Esa promesa y ese juramento es un ancla firme. Señor, tú me juraste por ti mismo que me multiplicarías con abundancia. Aún como esté, tengo la promesa y el juramento. Los herederos de la promesa. Se la hizo a Abraham. “Sal…” No podía recibir la promesa en Harán. Si quieres la promesa tienes que salir de Harán = confusión.
Si estás en el lugar de la confusión, debilidad, fracaso, cuando te levantes mañana, tienes promesa de Dios. Te va a multiplicar con abundancia. Josué 24:2 Taré tomó los dioses paganos. Quizás Dios te habló y has estado en la tierra de la idolatría. Dios te ha hablado, has estado en la tierra de la fornicación, rebeldía. Dios te hace un juramento, sal de ese lugar y te voy a bendecir con abundancia. Es lo primero que tienes que hacer; salir. Dios prometió, juró bendecir con abundancia multiplicarte.
Yo tengo un problema. Rompamos los esquemas. Salgamos de las limitaciones. Mira las promesas de Dios como las estrellas del cielo. Nosotros somos los que ponemos límites. Isaías 54 dice extiende las cuerdas de tu tienda. Creamos sus promesas, salgamos de los límites. Dios le cambió el nombre. Cuando Raquel dio a luz y murió en el parto la partera dijo: le voy a llamar Benoni = hijo de la tristeza. Jacob le cambió el nombre a Benjamín = hijo de la mano de derecha. Dios te cambia el nombre. Isaías 61: 3 – 7
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