Camina en fe, anda en tus alturas

Habacuc 1:2
2 ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?

Una crisis produce gran incertidumbre en todos. ¿Cuál será nuestra actitud ante la crisis?

La primera actitud ante la crisis es la queja.

William Sangster era un hombre con distrofia muscular progresiva, pero que sirvió al pueblo inglés con nobleza. Le llamaron: “El hombre de los Cuatro Propósitos” porque decía:

  1. Jamás voy a quejarme.
  2. Voy a poder mantener mi luz siempre brillando.
  3. Voy a ganar mis bendiciones.
  4. Voy a transformar mis pérdidas en ganancias.

La segunda actitud es la resignación.

“Re” significa “Volver”. “Signar” significa “Marcar”. Resignación es negarse a dejar la marca, el sello. Negando la realidad, negando el cambio.

Habacuc ve a los menospreciadores, pero la resignación no cambia la realidad. Cuando el profeta ve la corrupción, la iniquidad, la violencia, la inmoralidad, la destrucción de su sociedad se queja, pero luego se dispone a oír la voz de Dios.

En lugar de quejarse y resignarse buscó a Dios. ¿Cuál es la respuesta antes la crisis? Dios involucra al profeta como respuesta. En Habacuc 2:2-3 dice: “2 Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.3 Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.

El verso 2 dice: “Jehová me respondió”. Dios siempre contesta. Él ha dicho:

· “Clama a mí y te responderé”.
· “Invócame en el día de la angustia”.
· “Aquel cuya alma no es recta se enorgullece, mas el justo por la fe vivirá”.

Es fácil tener fe cuando la respuesta llega en el momento. El hombre de fe, aunque no vea nada sigue confiando y esperando.

1- Sunamita
2- Elías
3- Jehová reina

Tu fe no depende de lo que Él pueda hacer. Tu fe depende de lo que Jesús ya hizo. El secreto de la vida cristiana no es que El me resuelva todos mis conflictos sino glorificar a Dios en medio de mis conflictos. Pongo mi fe para alabarle a Él en medio de mis conflictos.

Los tres jóvenes hebreos decían: “El Dios al que servimos puede librarnos, pero si no nos librare tampoco adoraremos tu estatua”.

No le sirvo por lo que El me puede dar, sino porque El es Dios. Le sirvo a Dios no importando las circunstancias. Subir el nivel de tolerancia a la frustración, la capacidad de absorber luchas, problemas, sin desesperarte, desplomarte ni colapsar.

El cristianismo, un alto nivel de tolerancia a la frustración. Una de las maneras que Dios va a medir tu fe es con fuego, con luchas. No siempre puedes tener lo que quieres. Dios propicia problemas para ayudarte. Las circunstancias son para ayudarte, no son para limitarte.

Debemos mantenernos fijamente en que es el Señor el que está en control. La razón de Dios de concederme lo que le pido es siempre mayor que la razón mía de pedirlo. En vez de por qué, pregunta: ¿qué tú quieres que yo haga con mi soledad?

Cristo no vino a eliminar todas las crisis sino a capacitarnos para que nos podamos mover a través de las dificultades de un modo que profundice nuestra vida y aún más que la enriquezca.

Crisis en chino son dos palabras que juntas significan “crisis”. Pero cada una de esas palabras aparte significan: “peligro-oportunidad”. El justo por la fe vivirá. A veces Dios nos da victorias librándonos de circunstancias. A veces Dios nos da victorias dentro de ellos.

En el Salmo 55:6 dice: “¿Quién me diese las como de palomas? volaría y descansaría”. No es escapar, ni racionalizar. Es reconocer, es aceptar, es llorar, morir. En medio de su depresión, huir y escapar, buscar descanso en la soledad, desierto. Las presiones nos dan deseos de huir.

En el verso 22 fue encontrado por el Señor. “Yo clamé a ti y tú me salvarás”. Todo conflicto bien encarado produce crecimiento. Todo conflicto que se le huye produce vacío.

David no se quedó en la depresión. Tarde y mañana y al mediodía a ti oraré. No hay situación que El no pueda ayudarte. No es sacarte, es llevarte a través de. La promesa y el secreto no es que no sufras o no tener luchas.

La victoria tuya y mía es El llevarte de la mano, aunque ande en valle de lágrimas. Si hay que pasar por ese valle de lágrimas, “No temeré”.

Cumple tu función como profeta y entonces estarás cambiando la realidad. La Palabra crea nuevas realidades. La tarea profética era denunciar los “Ayes”:

  • Ay del corrupto.
  • Ay del que permite que la inmoralidad entre a su casa.
  • Ay del codicioso de ganancias deshonestas.
  • Ay del que edifica la ciudad con sangre.
  • Ay del idólatra.

Voces proféticas, anunciándole a Israel que venía un juicio. La destrucción tiene que ver con la actitud del pueblo. Dios escogió a Israel para que anunciara al mundo que había un solo Dios.

Los judíos cometieron un grave error; adueñarse de lo que Dios les dio. El templo fue más importante que Dios. Dios pasó a ser un segundo plano. Dios es primero y no comparte su lugar con nadie.

Antes de Dios enviar juicio, envía mensajes: “Vuelve al camino, enfócate”. La soberbia, la arrogancia no nos deja ver. Se fueron de la relación con Dios.

Aunque me falte lo que me da seguridad, voy a seguir creyendo en el Dios de mi salvación. Aunque tenga un diagnóstico de cáncer voy a confiar en el Señor. Nada está por encima del Dios al que usted sirve.

Si creo en el Señor no importa lo que escucha o vea, Dios tiene la última Palabra. Me pueden quitar todo, pero no al Dios de mi salvación. Nadie me quita el gozo de saber que el Señor está a mi lado. Aún tu peor momento es más llevadero con el Señor.

Pero, en medio de toda la denuncia proclama la visión y también anuncia. En Habacuc 2:14 dice: “14 Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”.

Hay dos grupos de personas:

Primer grupo – Los soberbios. En Habacuc 2:4 dice: “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”.

Los soberbios que terminarán sufriendo las consecuencias de su soberbia. El mundo, las naciones, las personas que se enorgullecen y viven de espaldas a Dios, cuyas almas no son rectas, cosechan de su soberbia y sufren las consecuencias de su altivez y falta de rectitud. Les viene el quebrantamiento y la caída.

En Proverbios 16:18 dice: “18 Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu”. Y el que se enorgullece es porque su alma no es recta.

Segundo grupo – Es el de los justos. Los justos por la fe vivirán. No vivimos por vista sino por fe. En Habacuc 2:4 dice: “… mas el justo por su fe vivirá”. No vivimos por lo que dicen las noticias, ni por lo que sucede con la bolsa de valores, ni por lo que determine el Tribunal Supremo.

No sujetamos nuestras vidas a las decisiones de los gobiernos, porque nuestro futuro está marcado por Jesucristo. Los justos vivimos por la fe. No ignoramos los datos de la realidad. Al contrario, estamos bien informados porque los tiempos de crisis son tiempos de tomar decisiones. Pero, no vivimos de las malas noticias, sino que vivimos por la fe.

En Habacuc 3:17-18 dice: “17 Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 18 Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación”.

Cuando estás afirmado en Dios y caminas por fe sabiendo que tienes la salvación y la protección asegurados, comienzas a andar en tus alturas y cumples tu misión en la realidad. En Cristo yo soy justo, y el justo vive por la fe. Así que vivo por la fe en mi Dios. Él es mi apoyo, creo y vivo creyendo que, ante cualquier situación, crítica a mi vida, yo tengo al Dios de mi salvación.

En la Biblia hay frases poderosas que comienzan con la Palabra “Aunque”. Esta es mi realidad, pero esto es lo que Dios puede hacer.

Aunque mi realidad sea esta: “17 Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 18 Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación”.

Salmo 23:4 – “4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.

Salmo 27:10 – “10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá”.

Salmo 27:3 – “3 Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado”.

Job 8:7 – “7 Y aunque tu principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy grande”.

Salmo 40:17 – “17 Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes”.

Habacuc recoge la frase del mundo judío. Aunque este pueblo va a la destrucción yo voy a seguir confiando.

Por eso, no importa la crisis que estés pasando, ¡No temas! Dios tiene un trato especial contigo. Los justos que viven por la fe cosechan el fruto de su confianza en Dios. Se apoyan en Aquel que está por encima de cualquier crisis y entonces cuando lo que tiene que florecer se marchita y lo que tiene que dar fruto es yermo, y lo que tiene que producir es improductivo y lo que nos daba confianza desaparece, nosotros igual nos alegramos y nos gozamos porque sabemos que somos hijos y que nuestra provisión viene del Altísimo.

¿Por qué? En Habacuc 3:19 dice: “Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar. Al jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas”.

La fortaleza era la muralla que rodeaba la ciudad y la defendía. Tu fortaleza es el Señor. Él es escudo alrededor de tu vida. Es castillo fuerte, es una fortaleza segura ante el ataque del enemigo.

Nos gozamos y nos alegramos porque el Señor es tu fortaleza. “Dios hace tus pies como de ciervas”. La cierva es un animal veloz, rápido, que escapa de cualquier peligro, que salta sobre los obstáculos. El Señor te da la habilidad, la velocidad, para tomar decisiones y saltarás por encima de los obstáculos y las dificultades.

No importa la crisis por las que atraviese y el peligro que puedas enfrentar, hay un milagro de Dios para tu vida, porque el Señor es tu salvación. “Él te hace andar en tus alturas”. Dios no quiere que vivas ni camines en el mismo nivel de la crisis. Sino que Él quiere que camine por la fe andando en las alturas.

Aún tu peor momento es más llevadero con el Señor. Emplea esta frase: “Aunque, no importa lo que me pase”:

· Me gozaré en el Señor.
· El es el Dios de mi Salvación.
· El va a poner mis pies en las alturas.

Lo que estás viviendo hoy no se compara con lo que vas a vivir mañana. Tu próxima estación superará las anteriores, haciéndote ver que de verdad hay un Dios que está a tu favor y ha decidido venir en defensa tuya.

No te puede ir mal con el Señor. Su Presencia estará contigo. Gózate en el Señor y deja que El haga lo que sabe hacer. Ser un Dios bueno siempre y para siempre. No te mires en el valle del dolor donde estás; mírate en las alturas.


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