Palabra de Vida y Esperanza #40
La encarnación de Cristo hizo que el drama de la redención llegara a su punto culminante. Según el profeta Isaías, éste recién nacido, el unigénito de Dios concebido en el vientre de María, era “Emanuel, que traducido es: DIOS CON NOSOTROS” (Mateo 1:23).
En medio de las festividades y la actividad febril de la estación navideña, quisiera que usted fijara este pensamiento fascinante dentro de su marco espiritual – DIOS ESTA CON USTED. Tan abrumador es el deseo de Dios de estar con usted que envió a su Hijo a la tierra para vivir, morir y volver a vivir en beneficio de usted. El Espíritu Santo ha establecido su residencia en usted.
¿Qué quiere decir esta pasión avasalladora de Dios de estar con su pueblo? Quiere decir que nunca estamos solos. Jamás debe haber necesidad de “vidas en desesperación callada” si abrazamos la verdad genuina de que Dios siempre está con nosotros, porque El dijo: “NO TE DESEMPARARE, NI TE DEJARE” (Hebreos 13:5) Esta es una garantía de parte de Aquél que cumple fielmente todas sus promesas. Quizás nos sintamos desamparados, con necesidades que no han sido satisfechas y heridas profundas; pero, Dios está con nosotros supliendo toda necesidad y sanando toda herida emocional.
Quiere decir que tenemos la ayuda de Dios “de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador, no temeré”… (Hebreos 13:6) No luchamos a solas; Dios está con nosotros con el fin de auxiliarnos en todas las maneras posibles. La ayuda de Dios es su amor dirigido hacia nosotros, su providencia que hace que todas las cosas obren para bien. El temor y la ansiedad se marchitan ante la Presencia de Cristo.
Todo esto- DIOS CON NOSOTROS- es posible debido a que la “virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel” (Isaías 7:14). Un bebé divino respiró su primer hálito por nosotros en un pesebre de madera a fin de expirar en una cruz de madera y llegar a ser nuestro Amigo, Compañero, Ayudador y Salvador.
El llanto de un pequeñito en la quietud de una noche de Belén atravesó la oscuridad del pecado para convertirse en la Estrella de la Mañana que alumbra nuestro camino hoy en día. El es Cristo, el Hijo del Dios viviente y siempre está con nosotros. DIOS ESTA CON USTED.
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