Que hacer cuando las tribulaciones llegan

Palabra de Vida y Esperanza #7

Cuando nosotros aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador, no compramos una póliza de seguro contra los problemas de la vida. Nosotros todavía debemos confrontar todas las agonías de nuestra tierra. La única diferencia es que el cristiano tiene un fruto de referencia. Él tiene a alguien a quien tomar por ayuda y fuerza. Tiene a quien acudir.

Con razón el salmista dice: “Alzaré mis ojos a los montes; de donde vendrá mi socorro”. “ Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza..”. Tan seguros como que vivimos, encontraremos problemas en nuestro matrimonio, nuestra vida, nuestros hijos.

Sabiendo que vamos a confrontar momentos de tribulación, nosotros debemos observar nuestros cimientos. La Palabra de Dios nos da el patrón a seguir cuando los problemas llegan a nuestra puerta. Ese patrón se encuentra en la fascinante historia de David en (1 Sam. 30). Es un patrón para conquistar y triunfar sobre los problemas. Saúl busca a David para matarlo. David, su familia y un grupo de gente, huyen al desierto para salvar sus vidas. David establece su campamento en Siclag y luego parte para ganar su sustento.

Un día mientras David y sus hombres estaban de viaje, un grupo de merodeadores vienen, le roban sus pertenencias, le llevan sus familias y le queman sus casas. En esta profunda depresión en la cual David y sus hombres se encontraban en este valle de oscuridad; Dios comparte con nosotros los cuatro pasos que debemos tomar cuando las tribulaciones llegan a nuestras puertas.

1.Cuando David y sus hombres vieron el desastre, su primera reacción fue la de llorar. “Entonces David y la gente que con El estaban, alzaron su voz y lloraron hasta que le faltaron las fuerzas”.

El primer paso cuando las tribulaciones llegan es de derramar lágrimas. Las lágrimas limpian nuestra humana pretensión. Vemos mas claramente quien es Dios, quienes somos nosotros y donde nosotros estamos yendo.

Llora hasta que no puedas llorar más. Limpia la amargura de tu espíritu con lágrimas, es entonces que podrás tomar el segundo paso:

2. Busca arriba, no aquí abajo. Cuando David y sus hombres terminaron de llorar, reaccionaron en una forma diferente. Ellos descargaron su ira contra David y buscaban a alguien a quien culpar. Ellos querían lastimar, castigar tan fuertemente como habían sido lastimados. Ellos buscaban retornar el golpe, pero David buscaba en lo alto.

David fue muy angustiado, más David se esforzó en Jehová su Dios. “Señor, tu eres mi victoria, mi proveedor, mi sanador, mi protección, mi sustente, tu eres fiel”. En nuestras tribulaciones nosotros podemos buscar aquí abajo a quien culpar o buscar arriba por alguien que pueda ayudarnos.

Recuerda que no hay absolutamente nada que pueda ocurrirte que Dios no pueda hacer de eso algo hermoso. En el Reino de Dios nada se pierde, todo se transforma. Tus caídas se convierten en experiencias. Tus heridas en oportunidades para probar su amor y sanidad. Tus pérdidas en ocasiones para la manifestación del poder de la restitución.

Este es el significado de lo que Pablo dijo: “Y sabemos que a los que a Dios aman todas las cosas les ayudan a bien, es a saber, a los que conforme a su propósito son llamados”.

No importa cuan obscura la hora de nuestras tribulaciones sea, Dios siempre esta ahí, “a ordenar consuelo a los enlutados, para darles gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado”. En nuestras angustias, somos tentados a buscar aquí abajo, pero más bien, “alcemos nuestros ojos a los montes de donde viene nuestro socorro.

3. Tercer paso es busca la dirección del Señor. Consultó a Jehová. Savid no sale a la batalla sin conocer la mente de Dios. El sabía que solo podría triunfar teniendo la fuerza de Dios y primero buscó esa fuerza. La oración pone nuestros pensamientos en la correcta dirección. La oración aparta nuestra mente de los problemas y la enfoca hacia las posibilidades.

Cuando las penurias llegan, luego de haber mirado hacia arriba no olvidamos que tambien debemos buscar su sabiduría y su fuerza. Hay que buscar la dirección del Señor.

4.- Cuarto paso es: PERSIGUE, ALCANZA Y RECOBRA. David pudo haberse quedado y orado por el resto de su vida y así haber perdido a su familia. Dios le dijo: persigue, que de cierto alcanzarás y sin falta librarás las presas.

PERSIGUE– El enemigo le ha robado sus hijos a muchos padres. Dios quiere que persigamos con amor, ternura, oración y comprensión.
ALCANZA– Dar alcance. Nosotros no estamos programados para ser derrotados sino para ser victoriosos.
RECOBRA– Recobrar todo. Dios insiste en que David traerá de vuelta todas las presas. Todo lo recuperó David. No aceptes menos que una victoria total.

¿Qué es lo que crees que el enemigo te ha robado? ¿Qué has perdido?
Honra- valía
Hijos en drogas
Mujer con un esposo no convertido
Hombres con mujeres que le rechazan
Problemas financieros
Vida devocional Pandemia

Cuando el Señor restaura, no solamente restaura lo que se perdió, siempre nos da más de lo que perdimos. ¿Qué pasó con Job? Dios le dio mucho más. “Que las visiones de tu corazón puedan reemplazar las limitaciones de tus ojos”.

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